(Para niños menores de 8 años)
INTRODUCIÓN
¿Te gustan las sorpresas? ¡A mí me encantan!
¿Y te gustan los cuentos? ¡A mí también!
Pero hay algo que me gusta mucho más, cuando puedo combinar
2 cosas que me gustan mucho, como las sorpresas y los cuentos.
DESARROLLO
¿Alguno de ustedes conoce el cuento del conejito de pascua?
¿Quién me lo puede contar?
¡Pero qué lindo cuento y qué delicioso! Miren lo que tengo
aquí (muestre un huevo gigante de pascua) ¡Les tengo una SORPRESA! Dentro de
este huevo vienen varias cosas que quiero compartir con ustedes (meta la mano
en su interior y saque un pequeño huevo de chocolate) Hoy, quiero entregarle
este delicioso chocolatito a quién me diga que significa la palabra pascua
(puede tener un minutero para dar tensión al momento)
(En caso que nadie responda de forma correcta) Uy! Qué pena,
yo pensé que eran expertos en la pascua por lo bien que se sabían el cuento del
conejito y es que, aunque ese cuento es muy lindo y delicioso a veces no nos
permite disfrutar de las verdaderas sorpresas que trae esta fecha.
Este pequeño chocolatito al comerlo, desaparece, o si hace
mucho calor se derrite y ya nadie lo puede disfrutar, pero hoy quiero
compartirte una sorpresa que no se acaba nunca y que permanece para siempre.
Voy a ver si hay algo más dentro de este gran huevo. (Saque
una lámina con las pirámides de Egipto) ¿Alguien conoce estas construcciones?
Sí, son las pirámides de Egipto y es en ese país donde inicia la gran sorpresa
que quiero compartir contigo.
Hay una nación llamada Israel y hace muchos años atrás ellos
fueron esclavos en Egipto, otro país, los egipcios abusaban de las personas de
Israel y como esta nación creía en Dios, Dios ideó un plan para sacarlos de la
terrible vida que vivían en Egipto (Saque del huevo una lámina con las plagas
de Egipto) El rey de Egipto era muy porfiado y no dejaba que los israelitas
fueran libres, entonces Dios después de varias advertencias envió plagas a ese
país, las plagas son desgracias que afectan a muchas personas al mismo tiempo.
Pese a que en Egipto las personas lo estaban pasando muy mal a causa de las
plagas, el rey no entendía que debía dejar en libertad al pueblo de Israel, no haciéndole
caso a las advertencias de Dios.
Finalmente, a Egipto llegó una plaga terrible, todos los
hijos mayores de cada familia que vivía en Egipto, moriría. ¡QUE TERRIBLE! Como
las personas de Israel que creían en Dios también vivían en Egipto, Dios le dio
una instrucción para que la muerte no llegara a sus casas, debían tomar la
sangre de un cordero (muestre una lámina alusiva) y con ella pintar el marco de
las puertas de sus casas, de este modo la muerte no entraría a sus hogares.
Llegó esta terrible plaga y Dios cumplió con que ningún Israelita
que había obedecido las instrucciones de pintar los marcos de sus puertas con
sangre de cordero, tuviera que sufrir la muerte de un ser querido.
Muchos años después, cuando Jesús estaba en la tierra, las
personas en Israel, el país donde nació Jesús, seguían recordando cuando Dios
cumplió con protegerlos cuando la plaga de la muerte pasó por Egipto y hacían
una fiesta llamada “Pascua” un tiempo de celebración y liberación. En esos días
que estaban celebrando la pascua fueron los días en que ocurriría la gran
sorpresa de la que quiero hablarles hoy.
Jesús había venido al mundo para cumplir un plan, tal como
el plan que Dios ideó para los israelitas en Egipto. Tú y yo estamos expuestos
a la muerte que causa en nuestra vida el pecado, el pecado es todo aquello que
te aleja de Dios, lo que piensas, lo que oyes, hablas, miras o haces, que a
Dios no le agrada (muestra un corazón con manchas oscuras).
Para el problema de la plaga del pecado en nuestra vida,
Dios también ideó un plan y ese plan fue que Jesús se convirtiera en el cordero
que con su sangre nos libraría de la muerte del pecado.
Jesús en los días que se celebraba la pascua, fue tomado
preso y llevado a un injusto juicio que lo sentencio a morir en la cruz, sin él
haber cometido nada malo. Y es que Jesús al morir en la cruz se convertiría en
el cordero que nos daría la sangre para librarnos del castigo que tú y yo
merecíamos por las cosas que hacemos que nos separan de Dios (muestre la imagen
de la cruz)
Esta es la gran sorpresa que nos recuerda la pascua, que si
creemos en que Jesús fue ese cordero que nos dio su sangre para librarnos del
pecado, podemos disfrutar de una vida eterna, sin fin, junto a Dios, desde
ahora ¡ya!
Al creer en Jesús la muerte del pecado pasa de largo por
nuestras vidas y obtenemos una vida eterna disfrutando para siempre del amor de
Dios, de una relación con Él y saber que podemos acercarnos a Él con toda
confianza.
Pero la sorpresa no suena del todo bien hasta aquí. Y es que
el plan de Dios no terminó en la muerte de Jesús, escuchen lo que dice la
biblia en 1ª de Corintios 15:3-4. (muestre la imagen de la tumba vacía) Jesús resucitó,
él volvió a la vida, venció a la muerte, por eso sabemos que lo que nos ofrece
es eterno, porque ni la muerte lo pudo detener.
CONCLUSIÓN
En pascua tal vez recibas muchas sorpresas envueltas en
papeles de colores y con sabores deliciosos, pero todas esas sorpresas tarde o
temprano se acabarán, pero la sorpresa que hoy te he contado no se acaba,
porque viene de un Dios que vence la muerte y te ofrece un amor ETERNO.
¡Entonces, en pascua celebremos con alegría aquello que no
se acabará!
NOTA
Les dejamos una idea de cómo debe quedar el huevo grande.