martes, 29 de junio de 2021

EL FRUTO DEL ESPÍRITU. BONDAD

 BASE BÍBLICA

Gálatas 5:22-23; Filipenses 2:13; Lucas 19: 1-9

INTRODUCCIÓN

Lleve a la clase fotografías de diferentes animales, alguno que a simple vista se ven más inofensivos y otros que tengan un aspecto más agresivo.

Pida a los niños que clasifiquen a los animales entre “buenos” y “malos”








-          Cada uno de ustedes ha utilizado un criterio propio para decidir si estos animalitos son “buenos” o “malos”, pero la verdad es que los animales no son ni buenos, ni malos, porque ellos no racionalizan sus decisiones, ellos actúan por instintos.

DESARROLLO

Pero los seres humanos sí tenemos responsabilidad en nuestras decisiones, porque no actuamos por instintos, podemos razonar y eso nos distancia de los animales, entonces ¿podremos clasificar a las personas entre “buenas” o “malas”? ¿Conocen ustedes a alguien que sea 100% bueno? ¿Tú, eres “bueno” todo el tiempo?

Cuando Jesús estuvo en la tierra, muchas personas lo seguían por sus enseñanzas y un día, pasando por una ciudad entre la multitud que lo seguía había un hombre llamado Zaqueo.

Zaqueo tenía una característica muy particular, él era muy bajito y para no perderse de lo que Jesús estaba diciendo, se le ocurrió subirse a un árbol y así estar pendiente de todo lo que este hombre tan especial estaba enseñando.

Jesús se dio cuenta que Zaqueo estaba interesado en escucharlo y lo llamó, le pidió que bajara del árbol y le dijo que iría a comer con él. Lo extraño de todo esto, es que Jesús haya querido ir a la casa de Zaqueo, ¿sabes por qué? Porque Zaqueo tenía una muy mala reputación en la ciudad, él era un cobrador de impuestos, alguien que le cobraba dinero a las personas para dárselo al imperio Romano que era el imperio que tenía sometido a Israel, el lugar donde aconteció esta historia. Por esta razón los israelitas consideraban como traidores a aquellos que servían al imperio, pero no sólo trabajaba en esto Zaqueo, él también se aprovechaba de su puesto y les cobraba de más a los ciudadanos, y con ese dinerito extra se hizo un hombre muy rico, pero a costa del sufrimiento de los israelitas. A pesar de todo lo malo que hacía Zaqueo, aun así, Jesús quería compartir con él, Jesús, sabía perfectamente lo que hacía y no hacía este bajito hombre. Fue a su casa y comió con él y para sorpresa de todos, en esa comida, Zaqueo, reconoció ante Jesús todo lo malo que había hecho y se propuso devolver todo el dinero que había robado, es más, compensar a aquellos a quienes había perjudicado.

En Lucas 19:10 dice que Jesús fue enviado a la Tierra para salvar aquello que estaba perdido y ¿sabes que es lo que estaba perdido? Lo que estaba perdido era la humanidad, tú, yo y el mismo Zaqueo, Jesús sabe que en nuestra condición natural no es posible ser bueno, la biblia dice que sólo hay uno BUENO y ese es Dios. Pero cuando tu vida la rindes a Dios, crees en Jesús como tu Señor y Salvador, Dios mismo, a través del Espíritu Santo nos permite desarrollar características que no son propias en nosotros. Una de esas características es la bondad y la bondad es la inclinación a hacer el bien.

Cuando el Fruto del Espíritu Santo crece en nosotros, harás el bien a otros, tal como Dios hace el bien con el hombre. El fruto del Espíritu nos permite experimentar características que son propias de Dios en nuestras vidas.






CONCLUSIÓN

Cuando Zaqueo conoció a Jesús, comenzó a actuar de una manera diferente, comenzó a hacer el bien, si tú conoces a Jesús has el bien a quienes te rodean.

ENLACE

¿Qué otra característica tendrá este especial fruto que crece en aquellos que creemos en Dios? Lo veremos en la próxima clase.

MIRA LA LECCIÓN COMPLETA EN https://www.youtube.com/watch?v=lbV58CMRBBA&list=PL05X-n3K2jpnlNKzqLPytxZUfBxKYYZVk&index=22