Por Pamela Henríquez
(Para el primer ciclo, niños menores de 8 años)
BASE BÍBLICA
Génesis 37:1-36 Cap. 39; 40; 41 y 45
OBJETIVO
Que
los alumnos comprendan que el servicio a Dios es día a día; segundo tras
segundo.
VERSÍCULO
“En ti
confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que
te buscan”. Salmos 9:10.
INTRODUCCIÓN
Tener a la
vista un reloj.
Comente:
“Saben niños, en una ocasión una amiga que también hace clases a niños en una Escuela Dominical, le ocurrió un percance camino a la clase, su reloj despertador no sonó y despertó tarde para llegar a la
clase, así que salió muy apurada de casa, al llegar al paradero tomó el primer
bus que pasó… al poco andar se dió cuenta que era el bus equivocado!!!!
Aaaaahhhhh todo mal!!!!, mientras ella pensaba en cuál sería el camino más corto para llegar
a la iglesia cuando se bajara, ocurrió algo aún peor, el bus tomó un camino desconocido, al
avanzar unas cuadras pudo reconocer un letrero que había en la esquina de la calle en la que está su iglesia y supo que había llegado
más rápido que de costumbre!!! Ese bus hacía un recorrido más corto!!! No saben
la alegría que sentió al saber que sin saberlo se subió al bus correcto. Pero lo mejor de todo fue que en su recorrido en el bus desconocido, pudo conocer nuevo niños y pudo invitarlos a su clase de Escuela Dominical.
Cuando mi amiga me contó ésta historia recordé a alguien de la Biblia...
DESARROLLO
(Puede usar franelógrafo o ilustraciones para
ordenar la historia como en una línea de tiempo).
La Biblia
nos cuenta la historia de un niño llamado José. Él tenía 12 hermanos. Su padre
se llamaba Jacob y su familia vivía en Canaán desde la época de su bisabuelo,
Abraham. Jacob tenía muchos animales. Sus hijos los cuidaban. Jacob amó a José
más que a cualquier otro de sus hijos. José era un niño obediente, cariñoso con
su padre y muy trabajador. Aunque sus hermanos se portaban mal y lo molestaban,
José obedecía y ayudaba a su padre en todo lo que podía. Aunque era muy joven,
Dios le empezó a mostrar por medio de sueños, que él sería alguien muy
importante. José tuvo que sufrir mucho a lo largo de su vida, pero nunca olvidó
el amor de su padre. José amaba a Dios y siempre le obedeció, Un día su padre
le regaló a José una túnica larga de colores hermosos. Con este regalo todos
sus hermanos se dieron cuenta de que José iba a ser el líder de la familia,
aunque era uno de los más jóvenes. Los hermanos podían ver que su padre amaba
más a José que a ellos. Y por esta razón sintieron envidia de él.
Una vez
José les dijo a sus hermanos "Soñé que estábamos haciendo unos manojos de
trigo. Los manojos de ustedes se inclinaban hacía el mío". El sueño de
José causó ira a sus hermanos. En otra ocasión José les dijo "¡Soñé que el
sol, la luna y 11 estrellas se inclinaban hacía mí!" "¿Piensas que
nosotros vamos a inclinarnos frente a ti?" respondieron ellos mientras se
burlaban de él. Un día José vino a buscar a sus hermanos en el campo. Cuando le
vieron de lejos, uno de ellos dijo: "Matemos al soñador".
"No," dijo el mayor. "Más bien metámoslo en un pozo seco". Entonces
le quitaron su hermosa túnica y lo metieron en un hueco profundo. En ese
momento pasaron unos hombres comerciantes que iban camino a Egipto y vendieron
a José como esclavo por veinte monedas de plata. Los hermanos de José untaron
la túnica con sangre de chivo. Cuando Jacob el padre vio la túnica que le había
regalado a su hijo amado, lloró amargamente y dijo: "Un animal salvaje ha
matado a mi hijo".
En camino a
Egipto José también lloraba y pensaba: "¿Cuándo veré a mi padre de nuevo?
¿Por qué hicieron esto mis hermanos conmigo?" Luego pensó: "Dios
puede hacer de algo malo, algo bueno". Y empezó a sentirse mejor. En
Egipto José fue comprado por un hombre rico. Tenía que trabajar sin recibir
pago. Pero a su amo le gustó lo que hacía y Dios estaba con José.
Una noche
el rey de Egipto llamó a todos sus hombres sabios. Les dijo: "Soñé que
había siete vacas gordas y siete vacas flacas. Las flacas se comieron a las
gordas. Luego vi siete tallos de trigo fuertes y siete tallos de trigo débiles.
Los tallos débiles se comieron a los fuertes. Esto preguntó a los hombres
sabios: ¿Qué puede significar mi sueño?" Pero los hombres sabios no
pudieron interpretar su sueño. Uno de los siervos del rey le dijo: "José
sabe interpretar los sueños". (José sabía lo que significaban los sueños
porque Dios le ayudaba a entenderlos). El rey mandó a traerlo inmediatamente.
José ya era un adulto. José explicó el sueño. "Oh Rey, por siete años
habrá mucha comida aquí. Pero siete años después no habrá casi nada de comida.
Tienen que guardar comida en los años de abundancia. Así habrá comida en los
años de pobreza". "Eres un hombre muy sabio," le dijo el rey.
"Quiero que te encargues de todo lo mío". El rey le dio ropa nueva,
un anillo real y una carreta con caballos De pronto llegaron los siete años
buenos, de abundancia. Todo crecía en forma extraordinaria (trigo, maíz,
verduras, frutas, y vacas y ovejas). José tenía que construir nuevas bodegas
para guardar todo. Y luego llegaron los años malos, de pobreza. Pero la gente
podía comprar comida porque José la había guardado en los primeros siete años.
Entonces
los hermanos mayores de José llegaron desde su país a comprar comida para sus
familias. Ellos se inclinaron frente al jefe de Egipto (José). Aunque ellos no
identificaron a su hermano, José sí los reconoció. "Ustedes ¡son
espías!" les gritó. "Oh, no, señor," ellos le contestaron.
"Hemos venido de lejos solamente con el fin de comprar comida para
nuestras familias". "No, ¡ustedes son espías!" dijo José
nuevamente, y ordenó que los enviaran a la cárcel. Después de tres días los
hermanos fueron llevados de nuevo a la presencia de José. "Ahora estamos
pagando por lo que hicimos a nuestro hermano José" pensaron ellos, muy
temerosos y sintiéndose culpables por lo que habían hecho con su hermano en el
pasado. José oyó lo que decían, sintió pesar por ellos y se presentó ante sus
hermanos diciendo: "¡Yo soy José, su hermano! No estoy enojado con
ustedes. Dios me trajo a Egipto para poder ahora ayudarles".
Y José perdonó a sus hermanos, ya que sabía que Dios había estado con él siempre. ¡Los hermanos estaban felices! Por muchos años habían sentido tristeza por lo que le habían hecho. Ellos trajeron a Egipto a sus familias. Jacob estaba muy contento al saber que su hijo no había muerto "¡Señor tú estás con nosotros ayudándonos, no nos has abandonado!" dijo en su corazón. Dios dijo: "Yo te llevaré a Egipto, pero algún día traeré de regreso a toda tu familia y les daré de nuevo esta tierra". Jacob y sus hijos y nietos se trasladaron a Egipto. José se llenó de alegría cuando vio a su padre. La familia recibió fundas con harina de trigo y comida. Sus animales pudieron alimentar en valles de pastos buenos. Dios estaba con ellos y algún día iba a cumplir su promesa de llevarlos de nuevo a su país.
CONCLUSIÓN
Toda la vida de José fue
guiada por Dios. Aunque sus hermanos lo odiaban, Dios tenía un plan importante
para él. Y José no desaprovechó la oportunidad de servir a Dios en todo momento, siendo un buen hijo para su padre Jacob, siendo un buen siervo para su amo en Egipto, siendo fiel a Faraón con la tarea que le había encomendado, usando la capacidad que Dios le había dado para interpretar sueños y perdonando a sus hermanos. Cuando nosotros seguimos a Dios, Él puede utilizar aún las cosas más
difíciles de la vida, para el bien de nosotros. Podemos servir confiadamente a Dios, aún en los ,momentos difíciles de nuestra vida, porque en medio de eso que podemos ver como algo malo para nosotros, Dios nos puede estar dando la oportunidad para servirle, como mi amiga que se equivocó de bus, parecía que iba a ser una mañana terrible para llegar a la clase de la Escuela Dominical, sin embargo, Dios le dio la oportunidad de conocer nuevos amigos para hablarles del amor de Jesús. Sirvamos a Dios siempre, porque No estamos solos!!!
MANUALIDAD SUGERIDA